Cuando nos sentimos emotivas podemos llorar, lo mismo de felicidad que de tristeza, y muchas veces también puede ocurrir que nos asalte el insomnio o bien que nos tomemos una relajada noche de fiesta. Cuando eso ocurre, la imagen que nos devolverá el espejo el día siguiente, será el de unos ojos inflamados que nos hacen lucir avejentadas y faltas de brillo. No tienes por qué resignarte a lucir mal por no haber dormido bien o haber estado de fiesta. Leer más